Tras la definitiva puesta a punto de todo el observatorio, solo resta disfrutarlo. En las pasadas tres últimas noches, he podido abrir y "eliminar el óxido" de los modos y métodos de observación que han estado casi hibernando -por el meteorológico- desde casi Enero.
Antes de retomar de nuevo el asunto "de los pedrolos" (léase, asteroides) he estado visitando con frecuencia a los cometas (más o menos brillantes y/o esquivos) que nos rodean, y dedicando tiempo al seguimiento de algunas supuestas variables en estudio, dentro de un proyecto mayor.
Obviamente, repetí mediciones de fotometría y astrometría de algunos cometas ya vistos. Aquí la fotometría del C/2020 T2:
Y otros no tan frecuentados, pues su débil magnitud no los "hacía especialmente atractivos" en primera instancia:
Entre los "más llamativos" por esta fechas, hay dos: el C/2017 K2 y el C/2020 R4. El segundo más accesible y vistoso que el primero:
De nuevo se observan diferencias en los resultados de la fotometría entre el programa Tycho y FoCAs. Personalmente, me quedo más con los resultados de FoCAs, debido sobre todo a que Tycho está fundamentalmente diseñado para astrometría de asteroides, y no está tan depurado para la fotometría, al menos en la versión 8.0 que tengo.
Sin duda, el cometa que se lleva la palma estas noches es el C/2020 R4 (Atlas):
Que además, se mueve muy rápido:
Echando un vistazo en Tycho, éste nos marca su trayectoria, que matemáticamente ha seguido:
Y en falso color, algún detalle de su estructura:
Afortunadamente, a eso de las 12 de la noche (más o menos) apagan la excesiva iluminación de las "famosas torres ecijanas" (que suponen un considerable despilfarro energético sin precedente, pero que al Ayuntamiento de mi ciudad le trae al fresco: es una batalla perdida). Con todo, el cielo nunca llega a un SQM de 20. Todo lo más, se queda rondando el 19.7 como valor máximo en el cénit. Es lo que hay.
No se preven (en lo meteorológico) buenas noches para los siguientes días, así que no queda otra que echarle paciencia y aprovechar para recuperar los "biorritmos normales", alterados por las últimas noches seguidas de "acostarse a las tropecientas" de la madrugada, y levantarse "temprano".
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