Ya tocaba marcharse a la Sierra de Hornachuelos "en petit comité". En esta ocasión decidimos variar un poco el emplazamiento del "campamento base" y nos alejamos un poco dentro de la misma zona, con un horizonte Sur mucho más despejado que el emplazamiento habitual. El nuevo sitio no es apto para muhcas personas, pues la zona dispone de una pequeña era donde no creo que quepan muchos equipos y mucha gente. Para los 5 frikis que anduvimos la pasada noche, se mostró ideal.
A pesar de que la Luna tardó en "esconderse", la noche se caracterizó por el viento. Vamos, igual que las pasadas noches por la azotea de Uranivorg, pero con una diferencia: el viento era frío, y sobre todo ya de madrugada, hubo necesidad de acudir a dos sudaderas.
La Luna nos mantuvo iluminada la escena durante bastante rato, pero ya se intuía que cuando se ocultara, se nos iba a quedar un cielo de lujo.
En esta ocasión, se nos unió desde Marchena, un antiguo amigo y observador visual de estrellas dobles: Carlos Sánchez Chinea (el segundo por la izquierda en la foto).
Yo pude probar (al fin) el rendimiento de la batería Norauto para alimentar la montura CG5, así como la duración de la batería del portátil, al que solo le conecté la Mammut, que como era habitual, me dio varios problemas de cuelgues. De modo inexplicable, dando tiempos de exposición "en números redondos", Mammut se colgaba, y no así con otros tiempos distintos. Por ejemplo, dando 40 segundos de exposición, en el instante 39 se colgaba (varias veces) pero por contra no lo hacía con 38 segundos. Igualmente, se colgaba exponiendo 10 segundos, pero no con 9 o con 11 segundos. Misterios de la informática.
Evidentemente sin autoguiado en el Vixen y con una puesta en estación con ocular y 5 estrellas de referencia, no se podían pedir peras al Olmo. De modo que me limité a "postalear" y probar el rendimiento de Mammut en bin 2x2, que no me sedujo lo más mínimo, por cierto.
El amigo Jose María consiguió hacer funcionar su Atik en plan McGiver, como ya nos tiene acostumbrados :-)
Una vez ocultada la Luna, el cielo se nos quedó impresionante y bastaron cortos tiempos de exposición para conseguir resultados "más o menos aceptables":
Realmente el molestísimo (y frío) viento que teníamos encima no nos permitía hacer grandes piruetas, sobre todo en un largo tubo refractor Vixen 102, que cualquier brisa algo más de ligera lo hacía temblar. Con todo, la noche se nos pasó muy rápido. Recogimos el campamento base en cuanto amaneció. Ahora estos días nos metemos de lleno con la Luna (y seguimos con viento). Paciencia (otra vez).
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