La campaña de observación de asteroides, después del "amigo" Gerlinde (ver entradas anteriores), la he tenido un poco descuidada, de modo que por si fueran pocos los objetos a seguir, anoche decidí retomarla con otro "pedrusco" nuevo: el 4155-Watanabe.
Realmente, no está muy bien situado en el cielo: al sur de la eclíptica y en declinaciones negativas un tanto incómodas (allá por la zona más caída de la constelación de Acuario) cuando anoche comencé su observación. En magnitud, rondaba pasando con creces la 14, de modo que decidí tirarle sin filtro a bin1 con 140 segundos de exposición, para aumentar la relación señal-ruido. Lo seguí durante poco más de 2 horas, pues culminaba a eso de las 02:40 HL a tan solo 43º.
La curva de luz obtenida no fue muy mala del todo, dadas las circunstancias:
Antes de prestar atención a este nuevo piedrolo, hice los 3 cometas de rigor: el C/2017 K2 (m = 14,72); C/2020 PV6 (m = 15,68) y el C/2021 E3 (m = 16,39). La fotometría y astrometría fueron enviadas al MPC, como siempre.
En filtro V, seguí con la supernova SN2021wuf que en esta ocasión brillaba en magnitud m = 14,202. Ya ha iniciado su lenta caída. La pena es que se avecina un meteoroógico bastante regular para la próxima semana (al fin con lluvias, parece), a la que habrá que sumar la creciente Luna y el hecho de que NGC6500 ya anda adelantando puestos en el Oeste al anochecer.
Incluyendo el dato de la otra noche, la curva de luz me queda así:
Pasadas las 2 de la madrugada, comenzaron a llegar nubes medias y altas, dispersas, que me obligaron a cerrar "el kiosko". En la noche de hoy sábado, tengo jornadas de divulgación de la Astronomía en Hornachuelos, de modo que con algo de suerte, volveré a abrir el domingo, con permiso del meteorológico y el querido amigo Murphy.
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