lunes, 29 de julio de 2019

Vienen cambios.

Podría decirse que existe "un debate oculto" en esto de la "astronomía científica amateur". Más que oculto, diríase que "enterrado", consciente o inconscientemente, pero que más pronto que tarde verá la luz. Está viendo la luz.

La proliferación de surveys profesionales y/o satélites de observación (cuando no la combinación de ambos) que paren datos de nuevas supernovas, variables, novas, etc... como si fuesen churros, empieza aceleradamente a comerle el terreno a los que, como un servidor, se dedican, con horas robadas al sueño, a sacar datos de fotometría y astrometría justamente de eso: de variables, de supernovas, novas y todo lo que se ponga a tiro y que necesite ver la luz a partir de medidas.

Ante este panorama, el debate está servido: ¿qué papel le queda al aficionado a la astrometría y fotometría, frente a la proliferación de datos obtenidos de ese modo tan mecánico, por parte de los profesionales?

Recientemente hemos sido testigos (iba a decir, víctimas) de ese hecho: andábamos estudiando un par de variables en un mismo campo, y cuando una de ellas la teníamos "controlada" y su periodo determinado, y a la otra le faltaban un par de noches, como mucho, para cerrarla, resulta que ambas ya estaban "catalogadas". Podría pensarse que se había cometido un error de principiante, al no asegurarnos antes de que en el VSX esas estrellas ya estaban fichadas. La respuesta pasa porque dada la proliferación de datos que "han escupido" proyectos profesionales como ATLAS y similares, el cúmulo de datos de variables es tal, que aún no se han podido actualizar las bases de datos de sitios  referentes como VSX (sí VizieR). Así que "el gozo al pozo". VSX, por supuesto, deja de ser un referente ya en este terreno de las variables (al menos en varios meses).

Todo apunta a que en ese terreno de variables (y similares), a nivel de aficionado, no nos queda más que confirmar o no los periodos de las estrellas variables ya descubiertas por los satélites y surveys de tierra. La posibilidad de estrenarse con el "descubrimiento" de alguna variable no-pilotada se reduce un montón. Eso mismo puede extrapolarse al terreno de las supernovas: hasta el momento (golpes de suerte a parte) no nos queda más que confirmar la existencia o no de posibles supernovas detectadas, por ejemplo, por el personal del proyecto ASASSN. Esta claro que esas labores de confirmación son importantes, pero reducen en algo el aliciente de estudiar/observar/medir algún objeto celeste no escudriñado con anterioridad. Ante esto no queda más que aplicar algunos cambios. Reinventarse, como dice mi querido amigo Juan-Luis.

Una posible reinvención es la astrofotografía. Pero es un tema que no me seduce lo más mínimo, a pesar de haber cometido algún que otro pecado de vez en cuando. Pero digamos que mi chip (el de la CCD y el mental) ya lo tengo viciado y torcido por la fotometría y la astrometría, y no considero pasarme a "full time" a la astrofotografía. Descartado.

Queda por tanto seguir participando (y eso ni lo pongo en duda) en las diversas campañas de observación lanzadas, por ejemplo, por la AAVSO o desde observatorios/iniciativas profesionales, como ya he venido haciendo.

Y otra opción es buscar terrenos observacionales donde la mano del survey profesional, no haya encontrado aún suficiente atractivo, y sí pueda hacerlo el aficionado. Quizás uno de esos campos sea el de la observación de asteroides y la determinación de sus periodos de rotación. Con algún que otro golpe de suerte, incluso, puede descubrirse que algunos son binarios, como sucedió en la entrada anterior del blog. Muy seguramente habrá otros campos donde podamos participar y aportar medidas los aficionados astro-fotométricos, pero para ir abriendo boca, el de los asteroides puede ser uno tan bueno como otro.

En esa línea, anoche di algo más de "tres horas de tiros" al asteroide Leonteus: un troyano de Júpiter,  de magnitud 16 y pico, del que he hallado pocos datos e información.

En una primera noche de datos, la curva obtenida fue esta:



Tienen bastante dispersión, es cierto (la noche estaba algo más que ventosa) pero apunta maneras de que "se puede jugar con él durante varias noches" y sacarle (parte de) sus secretos. Hoy toca repetir, con permiso de Murphy y el meteorológico, como siempre.

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